Ultimo Aggiornamento: Monday, 29-May-2006 06:13:26 PDT

Emergency in Mozambique

Se cumplen nueve días desde que la tromba de agua inundó Chokwe, Xai-Xai, Guijá y miles de pallotas situadas a lo largo de los valles de los ríos Inkomati y Limpopo. Los muertos, muertos están, y se contarán por miles.
Los supervivientes cuentan una parecida historia: fueron sorprendidos por las aguas. Estaban durmiendo o conversando o intentando, los más despiertos, poner sus cosas a resguardo porque el nivel del río iba subiendo con rapidez. Son testimonios dramáticos. La médica de Chibuto nos contaba ayer, llorando, cómo dos hermanos, niños pequeños se habían salvado porque los padres, alarmados por el rápido subir de las aguas, les amarraron a lo alto de un árbol. Cuando los padres quisieron subir ya no tuvieron tiempo y fueron barridos por la corriente. Los pequeños fueron rescatados al día siguiente, ya huérfanos.

Amarrado murió también, las imágenes de la televisión nacional lo grabaron, un mozo joven, probablemente paciente mental, encadenado en su pallota. Una práctica ignorante más que brutal, el medievalismo rural. Imagen conmovedora, aquel hachazo del socorrista para desligar la cadena del palo mayor da la pallota Hay imágenes que conmueven en lo hondo, la tragedia múltiple impresiona pero un fragmento del drama, un hecho particular aterra.

Unánimemente se acepta que hubo demora en poner en funcionamiento los mecanismos de rescate. A las muertes inevitables de la primera riada, se suman las evitables de los que murieron por agotamiento e inanición subidos en árboles o tejados. La ayuda ha llegado ahora generosa, pero también abundante en caos y enorme descoordinación.

El drama escenificado en Mozambique tiene características dantescas y es fruto da varios acontecimientos concatenados. Primero fueron los sucesivos e ininterrumpidos días de lluvia en la primera semana del fatídico febrero. Hubo inundaciones graves, pero no terribles, no catastróficas, no dantescas. Las tierras rebosaban aguas, hubo algunas muertes tierras anegadas, bienes perdidos. En Chokwe y otras poblaciones la gente salió de sus casas y luego regresó cuando se calmaron las lluvias. Ocurrió lo que otros años había ocurrido y los mas ancianos contaban hasta donde subió el río en las famosas cheias del 76.
A mediados de febrero el ciclón " Eline" afectó la costa sur y central. Otro problema, otra pulga grande en perro flaco. El gobierno dio la voz de alarma y llamó a la solidaridad internacional, pero en la madrugada del domingo 27 de febrero ocurrió lo peor, el tremendo drama, lo que ahora alguna gente empieza a preguntar ¿ porqué una ola brutal de 2 metros de altura barrió en tres horas el valle del Limpopo?. Fue una catástrofe dantesca que por ahora no se ha explicado, o la explicación es tan obvia que da miedo preguntar.

La ayuda llega. El aeropuerto de Maputo- Mavalane habituado a cuatro o cinco vuelos diarios tiene un tráfico aéreo asustador. Con buen criterio, aunque a muchos recién llegados les parece descontrol, las autoridades de aviación han adoptado una política de liberalidad. Se entra y se sale de la pista, se llega al pié de los aviones, se habla en mil lenguas. Han decretado prohibir lo prohibido. Se intenta facilitar la retirada de mercancías.
Las cosas llegan pero son muchas las personas y organizaciones que buscan avionetas, helicópteros y barcos para llevar sus productos a los lugares donde los damnificados esperan. Han llegado soldados españoles, marines norteamericanos, fusileros portugueses, soldados británicos, libios. Con la mejor voluntad, con un magnifico espíritu de ayuda y solidaridad pero también con gran desinformación y desconocimiento. Ayer, por ejemplo, en una reunión de coordinación de acciones de salud, un grupo de suecos se quejaban en inglés que no les ponen helicópteros, que no les dan coches, que no les atienden. Ellos, hombres de acción, habían estado en el terremoto de Turquía y el Gobierno les puso avionetas, 4x4, instalaciones. ¿Nadie les informó de a qué país llegaban ¿

Otros pidieron por fax aceites especiales para sus embarcaciones, enganches específicos para transportar sus contenedores. Al barullo sumamos el barullo. Las reuniones recuerdan un enjambre de grillos locos.
Todos nos quejamos, todos pedimos, todos queremos dar. La voluntad de servicio es inútil si no se coordina. Es como dar vueltas de peonza, moverse alocadamente para avanzar poco. Muchos de los que llegan nunca oyeron hablar de Mozambique. Alucinan con lo que se encuentran.
¿ Quién coordina?.Un periodista español preguntaba hace tres días al responsable de la comisión de Calamidades Naturales por el inventario de lo recibido. La respuesta fue que sólo tenia información controlada hasta el día 27 de febrero. Sin ir más lejos ni más alto, en las reuniones vespertinas en el Ministerio de Salud, para coordinar el sector, los responsables ministeriales gritan y se desesperan por la falta de información procedente de las organizaciones de ayuda. Al principio con calma y respeto, después con voz dura y agria se quejan y desesperan de que nadie les avisa, que cada uno hace su guerra por su cuenta, que la gente viaja en avioneta de un lado para otro, y en cambio no se envía ni un fax, ni se comunica por radio(y se tienen) el número de personas alojadas en los campamentos, los problemas de salud medidos con rigor y sin alarmismo histérico, lo que falta y lo que tienen. Ayer algunos sintieron que se iniciaba el primer día en que la dirección y coordinación empezaba a producirse.

Hace unas horas , en la tarde del dia 7,se ha abierto la carretera y es posible llegar al eje Bilene- Macía- Chokwe- Masinguir, aunque la ciudad capital de la provincia de Gaza, Xai-Xai, sigue aislado de Maputo.
La apertura de la Nacional I es una excelente noticia, lo mejor de la semana, la posibilidad real de atender a los damnificados de esa zona.
El problema vital es agua, comida y crear condiciones sanitarias para evitar una explosión epidémica.
De aquí a unos días habrá que sumar las actividades para crear condiciones de reubicación y asentamiento de esas personas.
Las acciones de ayuda van a perder espectacularidad, pero van a ganar eficacia y eficiencia. Será un palo para los profesionales del "Busines Catastrophic Show", la de aquellos cuya dignidad obedece a otros mandamientos, la hoguera de muchas vanidades que permitirá acometer actividades con orden y sensatez.

Maputo 8 de Marzo de 2000
Juan Carballedo
Representante del Consejo Interhospitalario de Cooperación en Mozambique

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